Los bizantinos pertenecían principalmente a la religión ortodoxa. Esta religión cristiana se desarrolló en el Imperio Bizantino y se basa en la doctrina y tradición de la Iglesia de Constantinopla. La Iglesia Ortodoxa Bizantina fue influenciada por el cristianismo primitivo y por la cultura griega. Durante el reinado del emperador Constantino, el Cristianismo fue declarado como religión oficial del Imperio Bizantino. La Iglesia Ortodoxa Bizantina se convirtió en una parte integral de la vida y la cultura del imperio.

En los siglos posteriores, el cristianismo bizantino se convirtió en una fuerza dominante en la región. La autoridad eclesiástica estaba estrechamente ligada al poder político, y el emperador tenía un papel importante en la elección de los líderes religiosos de la iglesia. La Iglesia Ortodoxa Bizantina también desarrolló una rica tradición litúrgica, con una compleja estructura de rituales y ceremonias. Estos rituales tenían como objetivo celebrar la fe y transmitir los valores y creencias de la religión.

Además del cristianismo ortodoxo, en el Imperio Bizantino también había presencia de otras religiones. Algunas de las comunidades judías y musulmanas coexistieron con los cristianos ortodoxos, aunque eran minoritarias en comparación. Estas comunidades religiosas estaban protegidas por la ley bizantina y tenían sus propias normas y prácticas.

En conclusión, la religión principal de los bizantinos era la Iglesia Ortodoxa Bizantina, que se convirtió en un pilar de la identidad y cultura del imperio. Aunque otras religiones también estaban presentes, el cristianismo ortodoxo era la religión dominante y tenía una influencia sustancial en la vida de los bizantinos.